lunes, 1 de junio de 2009

Musica Heredaras de los Africanos




Música de Congos



Se denominan Congos de Villa Mella a los miembros de la Cofradía (Hermandad) del Espíritu Santo de esta localidad y a los instrumentos musicales utilizados por éstos en las fiestas del Espíritu Santo, de la Virgen del Rosario y en las ceremonias rituales dedicadas a los miembros difuntos de la Cofradía y, por extensión, a cualesquiera otros difuntos. Esta música asociada con la secta afro-cristiana es altamente africana en sus características.


El conjunto de instrumentos utilizados por los congos de Villa Mella consta de un congo o palo mayor, un conguito o palo menor, este pequeño también es llamado Alcahuete, una canoíta y varias maracas. Los dos primeros instrumentos son tambores. El resto de instrumentos que acompañan la comparsa son maracas y canoas (instrumento parecido a la clave). La canoita está constituida por dos pequeños palos de percusión, uno de los cuales tiene forma de canoa y el otro de remo.


Al sonido de estos instrumentos, los congueros tocan sus "veintiún toques" o canciones (el veintiuno es un número sagrado), que son bailados en las fiestas patronales, en el cabo de año o aniversario de la muerte y en el banco o gran fiesta de los integrantes (vivos y difuntos) del "fundo familiar".


La música de Congos se toca en funciones religiosas y seculares y ha mantenido característica de la música cantada africana como la alternancia de un coro y solista en forma responsorial. . Los congos de Villa Mella presentan una fuerte influencia africana, especialmente del antiguo Dahomey y de la región Congo-angoleña.


Música de Palos


Según notables folkloristas dominicanos, la expresión africana que mas sobresale en la cultura dominicana se expresa en la música de Palos o Atabales, también llamada Bambula o Quiyombo. Esta tradición musical, más notable en el área de Villa Mella, usa en sus ritos religiosos y celebraciones seculares instrumentos mayormente de percusión.


Aunque el baile se le conoce con estos nombres, a los instrumentos en que se tocan se les denominan de varias maneras; entre estas: canuto, cañuto, quijongo, quijombo, cañón, bamboulá y otros más. Estos instrumentos clasificados como membranófonos tubulares y cilíndricos son de un solo parche o cuero, y se tocan en juegos de dos o tres. Se tocan en baterías de tres o de dos, y a veces de uno solo; pero cuando sólo hay uno se percute además la madera con dos palitos que se llaman "palos catá".


Estos tambores se diferencian en varios tipos según la construcción de la atadura de su parche (clavado, atado, etc). Además se construyen de diferentes tamaños utilizando maderas blandas o fáciles de ahuecar, aunque en algunas ocasiones se usan troncos ya huecos por pájaros carpinteros o por termitas. Esta familia de instrumentos de percusión son muy semejantes a la tambora brasileña usada en ceremonias de macumba y a la tumbadora de Cuba.


Otros instrumentos derivados de la influencia africana hoy común en estas área es la Maraca Ocoeña. Este instrumento consiste de un palo ahuecado de aproximadamente 54 cm. de largo. En este cilindro hueco se encuentran un sinnúmero de palitos que atraviesan de lado a lado el hueco del mismo. El sonido de la Maraca Ocoeña se produce al chocar las semillas de cigarrón con los palitos y las paredes de la maraca. Este tipo de maraca todavía se usan en el África y en partes de Brasil.


En África esta práctica coreográfica es tan común que su influencia a penetrado y forjado aún hoy día, los diseños de danzas y bailes modernos y sigue siendo fuente de creación para artistas de la música popular de hoy: baile del mono, baile del perrito, baile del maco.

Siempre encontraremos poli-ritmia y polimetría en las canciones que se acompañan con estos instrumentos, aunque corresponden a diferentes ceremonias, en su gran mayoría serán de tipo responsorial, una voz cantante que declara o enuncia y un coro que responde. Se tocan en las fiestas patronales, velorios, bancos y cabos de año, celebración especial dedicada a un difunto al cumplir año de muerte.

Los palos o atabales, además de su manifestación festiva, están muy asociados a los rituales de invocación de misterios, en los cuales se produce el trance o estado de posesión.

La Salve Dominicana

Es parte fundamental de la cultura religiosa popular, la salve es una de las expresiones más extendidas de la música popular dominicana, y de las más representativas del rico y complejo sincretismo o fusión cultural entre lo europeo y lo africano.

En sus orígenes estuvo relacionada con la "Salve Regina", canto antifonal de la tradición católica, pero al integrarse al acervo religioso cultural y popular añadió la modalidad estilística del canto responsorial, de tradición africana.

La repetición verbal y musical dota a esta música de una fuerza particular. Junto a la salve de raíz católica que se caracteriza por la variedad de estilos y contenidos adecuados al contexto; está la salve del vudú dominicano, que integra la base rítmica aportada por los instrumentos musicales de origen africano, como el balsié, los atabales y el pandero.
El principal contexto de expresión de la salve lo constituye la velación o fiesta especial dedicada a un santo patrón. De igual manera, podemos encontrarla en peregrinaciones, penitencias, baquiní o velorio de un niño, y en convites o juntas, nombre dado a las labores agrícolas colectivas basadas en vínculos de solidaridad.

Música de Gagá

Esta celebración comunal llamada Gagá en la República Dominicana fue trasladada al país vía Haití. Es el resultado del encuentro y hermandad entre los pueblos haitiano y dominicano. Existen diferentes formas de Gagá; pero la de mayor difusión es la que tiene lugar en los bateyes (comunidades vinculadas a la producción de caña de azúcar) y ciudades cercanas.


El nombre auténtico del carnaval haitiano es Ra-Rá y toma lugar antes de la cuaresma.

Tradicionalmente este carnaval desfila en las calles y a la vez van reclutando de pueblo en pueblo bandas de músicos, bailarines y otros grupos de espectadores que se unen a la celebración. Estas bandas rurales tocan un tipo de "trompeta" de un solo tono hecha de bambú.


Su tamaño es de aproximadamente cuatro pies y produce un sonido de contrabajo de un solo tono. Estas vaccines como se le llaman en Haití, al combinarse con otras a un ritmo complementario, producen un efecto de sinfónica. La otra maraca mas común es la Maraca Simple: este instrumento hecho de metal es similar al tipo usada en la música de origen afro que se toca en Haití, Cuba, Trinidad y Brasil.

El Gagá resalta por su riqueza de variaciones de tonos y ritmos producidos por un conjunto de instrumentos, talvez única, que demuestra su origen africano y la experiencia de la esclavitud. Incluye: dos tambores, cuatro o más bambúes o fututos, una trompeta casera o tua-tuá, maracas o cha-chá, un caracol (lambí) y pitos. El único instrumento de tipo cordófono (instrumento de cuerdas) procedente del África y de origen pigmeo es la Gayumba. Este instrumento se construye sobre un hoyo en el suelo que le sirve de caja resonante. El hoyo es cubierto con una yagua asegurada en tierra con palitos.

La sección principal de la Gayumba consiste en un pedazo de rama de árbol atada a un tronco. Esta rama lleva atada la cuerda del instrumento al otro extremo la cual se hace pasar por un agujero perforado en la yagua. La Gayumba se encuentra en todo el sur y parte de este.
El Gagá inicia sus actividades con la cuaresma, siendo Semana Santa su principal período de realización, celebrando con su música, los bailes, ritos y ceremonias, sus creencias en Dios y en determinados espíritus, loases, seres o santos. Todo esto basado en el principio de la reencarnación y la esperanza de que las fuerzas o "misterios" puedan mejorar y renovar la vida.

Entre sus rituales y ceremonias están los de iniciación, sacrificio, protección, bautismo, bendición y purificación. La participación de sus integrantes se basa en "promesas" que duran de tres a siete años. A su interior se presenta el fenómeno de la asociación espiritual o el "trance" en ciertas personas, según las circunstancias.

Su organización social es jerárquica y compleja. Entre los puestos más relevantes, además del dueño, el jefe espiritual y el presidente, están los mayores y las reinas; quienes danzan contagiosamente con gran destreza, llenando el espacio de energías y colores.


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